lunes, 12 de noviembre de 2007

Huerfragos y naufanos.


..."dada la condición bipolar de mis variadas y complejas patologías de conducta y asimilación de la realidad, desde ayer me siento "huerfrago", es decir huérfano y naufrago. Podría también sentirme "naufano", pero....no llega a ser del todo lo mismo, hay matices imperceptibles pero determinantes. En fin, en el fondo, son ganas de llamar la atención. Ya me lo decía mi psiquiatra, al tiempo que disimuladamente vaciaba una dosis doble de litio en el vaso de agua con la que yo podía tragar aquellas cápsulas naranjas y verdes que tanto me recordaban a las deportivas que llevabas el día que te vi por primera vez, -tu hasta que no te cargues a 10 o 12 no vas a parar, so huerfrago-".
Aquel hombrecillo que hablaba me miró fijamente y se calló, al tiempo que sacaba de un bolsillo un papel doblado sobre si mismo seis u ocho veces, no sé. Sus húmedos, pequeños y chispeantes ojos de dilatadas pupilas negras, no dejaban de mirarme al tiempo que deshacía los dobleces del papel. "lo ve", golpeaba mi pecho con el reves de su mano, "aquí lo dice bien claro: huerfrago...., lo ve, yo no miento". Con rapidez y habilidad de papiroflecta, volvió a doblar meticulosamente aquel salvoconducto sin que me diera tiempo a ver que tenia escrito, lo guardó de nuevo en uno de sus bolsillos y, girándose, dejó de mirarme. Casi sin tiempo de poder encontrar un sentido a aquello una voz de mujer atrapó mi atención, "disculpa, ¿puedo preguntarte algo? ¿nos conocemos?", era la primera vez que la veía, "no, si así fuera no lo habría olvidado", le respondí asomandome a sus enormes ojos como la miel. La miré de arriba abajo, vestía unas deportivas naranjas y verdes. Era noviembre, atardecia. Poco después comenzó a llover.

No hay comentarios: